La espuma
rosse marie caballero
del libro hojas de eva, 2004
A lo lejos
la penumbra esclarecía…
manos pérfidas clavaron
en los pétalos de rosa desengaños.
Crisantemos amarillos
alelíes, sois la espuma, sois la espuma.
Las palabras
todas libres coqueteaban con la luna
y ella , sola, pobre, frágil pajarilla
las creía
las creía.
Crisantemos amarillos
alelíes, sois la espuma, sois la espuma.
Los almendros
de sus grandes hojas quietas
desprendían
las mentiras
las mentiras.
Por su boca transitaron
bellas sílabas desnudas
por sus dientes perfumados
los fonemas
escapaban
escapaban.
Crisantemos casi, casi amarillos
sois la espuma, sois la espuma.
A lo lejos
la mirada de un poeta
al claror de una vidriera
escribía
escribía
y las ráfagas de viento
cual cuchillos afilados
al cristal de su mirada
transgredían…
transgredían.
Crisantemos casi, casi amarillos
casi, casi sois la espuma… la espuma.
Espejismos
rosse marie caballero
del libro hojas de eva, 2004
Ojos linces…
le brillaban ilusiones cual jazmines
y el color limón sutil de su mirada
el paisaje del adiós desdibujaba.
Nardos blancos
tantas flores, tantos cardos…
Desde el mítico fondo del lago
llamaba el dios de la isla
el del sol, el de la luna
la escalinata de pulidas rocas viejas
por los siglos de los siglos
en su corazón de indio reposaba.
Nardos blancos
tantas flores, tantos cardos…
-¿Conociste tú las flores de tu entorno?
-Sólo hierba y pajabrava
-¿Y por qué de tus montañas escapaste?
-No lo sé.. para buscar en los huertos
de otras tierras mi jazmín o cardo blanco
que entre sueños su perfume adivinaba.
Nardos blancos…
tantas flores, tantos cardos
en la barca de papel azul finísimo.