Tibio sábado de otoño
verdes ramas delicadas se mecen
te vislumbro en la brisa
amada hija,
tu pose de reina
tu fragancia de rosas
engalanan sonrisas.
Las calles serpentean
efluvios de alegría
y en tu mano anida
la luz del mediodía.
Azúcar en los labios,
albahaca en tu pecho,
amada hija mía,
Bendita noche y día.